¿Cómo influye la conducción autónoma en el mantenimiento de la red de carreteras?
La red de carreteras española se puede cuantificar patrimonialmente, ascendiendo su valor actualizado neto a algo más de 200.000 millones de euros. Como cualquier bien, necesita de un mantenimiento durante el transcurso del tiempo para mantener su valor: en cifras, estamos hablando respecto al mantenimiento de un déficit acumulado desde la última crisis económica de algo más de 7.000 millones de euros[1]. Los vehículos que transitan por la red también cambian con los años, debiéndose actualizar convenientemente la infraestructura para dar cabida a las nuevas necesidades del transporte por carretera. Ahondando en ello, queremos presentar la variable de la conducción autónoma, con una reflexión especial desde el punto de vista de la adaptación y conservación de la infraestructura existente.
¿QUÉ ES?
La conducción autónoma es un modo de gestión del vehículo que transita de la habitual forma de gobierno manual de este hacia una completamente independiente en su circulación, consciente de sí y del entorno por el que se desplaza, con una intervención cada vez menor del factor humano[2]. Asimismo, podemos encuadrar la conducción autónoma bajo las siguientes tipologías[3]:
En la actualidad, el parque automovilístico que circula por las carreteras españolas está en los niveles 0, 1 o 2 de automatización de la conducción (salvo en algunos tramos de prueba especiales).
¿CÓMO PUEDE AFECTAR A LA RED DE CARRETERAS?
POTENCIALES CAMBIOS EN LA CAPA DE RODADURA |
La capa de rodadura es la que experimenta directamente la acción de las fuerzas de compresión o torsión de la rodada de los vehículos (en especial, de los vehículos pesados). Estos esfuerzos se concentran la mayor parte del tiempo de la vida útil de la carretera en unos cuantos centímetros, con un cierto rango de centímetros en torno a la directriz de las rodadas (influye la tipología de vehículo ligero o pesado, la presión de las ruedas, la velocidad, el peralte, la IMD o las condiciones climatológicas[4]).
No obstante, si los algoritmos que rigen las trayectorias de los vehículos automatizados siempre siguen las mismas directrices, corremos el riesgo de sobrecargar más aún la rodada en la sección (en detrimento de otras partes ciertamente inutilizadas). Este hecho se podría potenciar aún más por la forma en la que se tuvieran configurados los adelantamientos, los puntos de carga de las baterías, o cualquier otra variable. En definitiva, una reducción de las incertidumbres en las trayectorias de los vehículos potenciaría unas patologías del firme presumiblemente en función de otras, así como concentraría estas patologías en escasos centímetros de la sección transversal. |
POTENCIALES CAMBIOS EN LOS SISTEMAS DE SEÑALIZACIÓN |
En primer lugar, señalar que los sistemas de guiado de la conducción, pueden necesitar en los niveles de automatización más bajos una perfecta continuidad o reflectancia de la señalización de un cierto tramo de carretera, así como de una coherencia y continuidad entre tramos (evitando las zonas de sombra).
No obstante en España, cuenta con la peculiaridad de tener amplias zonas del país con un alto índice de despoblación, con un gran número de carreteras locales o provinciales con una sección muy escasa en cuanto a circulación de dos vehículos autónomos en seguridad, o señales ausentes o desfasadas. De hecho, se cifra en un 72% las señales cuyo material retrorreflectante ha superado la fecha de uso recomendada por el fabricante, lo que no garantiza su visibilidad por la noche. Igualmente, se estima la necesidad de repintar unos 38.500 km de carreteras. Si no tenemos carreteras seguras, mucho menos tendremos carreteras conectadas entre sí o con los vehículos. En segundo lugar, cuando ya estamos tratando unos niveles de automatización más altos, deberíamos afrontar la implementación de radares, cámaras, o tecnología LIDAR, habiendo una gran diferencia en cuanto a su coste y a los pixeles por segundo que el sistema debería gestionar[5] (véase la siguiente imagen). En este sentido, deberíamos ser capaces de pasar de unas velocidades del tráfico de datos entre gestores de tráfico y vehículos cada 5-20 segundos en la actualidad, a una transmisión cada 100 o 200 milisegundos (velocidad mínima requerida para gestionar una información crítica con la seguridad vial)[6]. |
POTENCIALES CAMBIOS EN LA LEGISLACIÓN |
Se hace necesaria una cobertura legislativa para que las empresas automovilísticas, empresas aseguradoras, así como la Administración o los mismos conductores tengan seguridad jurídica a la hora de invertir e implementar nuevos vehículos (e infraestructura que acompañe a dicha transformación):
► Desde el MITMA (Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana) se está preparando el borrador del proyecto de Ley de Movilidad, marco legislativo que debería resolver los siguientes aspectos: prioridad entre vehículos en cruces o intersecciones; trasvase de las responsabilidades del conductor hacia la máquina; coexistencia entre vehículos automatizados y no automatizados; integración de los modelos de conducción autónoma con Planes de Emergencia, Planes de Evacuación, Planes Operativos de Vialidad Invernal, o Planes de Mantenimiento de los diferentes sectores de conservación; trabajar en el solapamiento del concepto de vida útil del vehículo (10 años) con la de las carreteras (20, 30, o incluso estructura de 50 años de vida útil); o garantizar la sostenibilidad y mantenimiento especializado de las redes viarias automatizadas. ► El resto de administraciones deberían acompañar esta transformación, en el ámbito de sus competencias. En este sentido, podrían ser piezas importantes en el engranaje de la conservación las diputaciones provinciales, diputaciones forales, cabildos, o regiones con un amplio número de vías transferidas a las regiones. Los corredores de transporte por carretera altamente automatizados han de integrarse con otros donde los porcentajes de pesados, usos de la carretera o costes no hagan tan favorable la automatización, debiéndose dejar claro cómo gestionar desde la conservación de la infraestructura estas transiciones. ► Los Pliegos de los concursos públicos de conservación de carreteras deberán incluir necesariamente nuevos conceptos de la automatización, apartados específicos y bases de precios que recojan estas innovaciones. El diálogo con las empresas que los llevan a cabo, con los proyectos de innovación en marcha y con los corredores/tramos habilitados a la conducción automatizada ha de ser fluido, compartiéndose el “know how” con y desde las empresas concesionarias de las diferentes carreteras del Estado. |
POTENCIALES CAMBIOS EN LA FINANCIACIÓN DEL MANTENIMIENTO |
De forma previa, señalar que si solo tenemos en cuenta la modernización de las carreteras de alta ocupación (60% del tráfico) para dar paso a la conducción autónoma (implantación del sistema 5G, monitorización de la circulación, implantación de sistemas de aviso de incidencias, comunicación y posicionamiento en todo el recorrido, instalación de nueva señalización horizontal y vertical, identificación de zonas de parada autónoma de emergencia, etc.), se deberían invertir casi 4.000 millones de euros. Sin embargo, si ampliamos el espectro a toda la red de carreteras convencionales (75% del tráfico), estaríamos en el entorno de los 7.700 millones de euros[7].
Dicho lo cual, queda patente que son cantidades nada desdeñables, máximo cuando los presupuestos de conservación de carreteras en los últimos años, a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, no han hecho sino disminuir[8]. Para ello, parece necesario afrontar un debate sobre la creación de un espacio de financiación propio y estable, que se nutriese puntualmente de los Fondos Next Generation EU, pero en especial de un sistema de pago directo por uso (en este sentido, 23 países de la Unión Europea tienen tarifados el 100% de su red vial, y España el 15%). En este sentido, se debe tener en cuenta que por cada euro no invertido en mantenimiento preventivo, deberemos pagar 5 euros en 3-4 años en mantenimiento correctivo, y 25 euros en 8-10 años (que se sumarán a las nuevas necesidades de automatización, que necesitarán en el futuro de cuentas saneadas de los gestores de infraestructuras para hacer frente a este tipo de inversiones). |
Información e imágenes extraídas de:
[1] https://www.coches.net/noticias/carreteras-inteligentes
[2] https://www.idtechex.com/es/research-report/autonomous-cars-robotaxis-and-sensors-2022-2042/832
[3] https://futuroelectrico.com/coches-autonomos/
[4] https://upcommons.upc.edu/bitstream/handle/2099.1/3334/34065-15.pdf?sequence=15&isAllowed=y
[5] https://www.idtechex.com/es/research-report/autonomous-cars-robotaxis-and-sensors-2022-2042/832
[6] https://www.coches.net/noticias/carreteras-inteligentes
[7] https://www.clicacoches.com/solicitud-inversion-millonaria-modernizacion-carreteras-coche-autonomo/
[8] https://www.coches.net/noticias/informe-estado-de-las-carreteras-2019-y-2020
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