El pavimento de una carretera, por el paso continuo del tráfico y la meteorología, se encuentra expuesto y sufre un deterioro constante con el paso del tiempo. Este deterioro, se traduce en una pérdida de propiedades que afectan a los niveles de confort en la circulación y a la seguridad.
Ante este desgaste, se hace necesario llevar a cabo trabajos de conservación de la red viaria. Normalmente, estos trabajos se realizan con la retirada de la capa de firme más superficial, y extendido de una nueva, con la reparación de blandones o grietas, o reparación de bacheados, siempre con aportación de nuevo material.
No obstante, en la actualidad, nos encontramos con una tendencia de raciocinio, optimización de recursos y protección del medio ambiente en la que se ponen en práctica nuevas técnicas de renovación de firmes. Una de ellas es el reciclado de firmes “in situ”.
Fuente: ATEB (Asociación Técnica de Emulsiones Bituminosas)
El reciclado “in situ” tiene por objetivo reaprovechar el material del firme existente disgregando el material, mezclándolo “in situ”, extendiéndolo y compactándolo para constituir de nuevo la capa del firme con propiedades renovadas. Entre las tipologías de reciclado “in situ” se destacan:
- Reciclado “in situ” en caliente: Se realiza un reciclado mediante equipos provistos de calefactores que calientan el material, posteriormente, se realiza un escarificado o fresado que suelta el material. Este material suelto, se mezcla con betún blando o un agente rejuvenecedor, con o sin aportación de nuevos áridos, y se extiende de nuevo la mezcla, compactándola a su finalización. Se destacan 3 métodos básicos de aplicación de esta técnica:
- Termorreperfilado: Únicamente cuando se actúa sobre la capa más superficial, correspondiente a la rodadura (2-3 cm) corrigiendo ligeros deterioros superficiales o como un tratamiento previo a refuerzos posteriores.
- Termorregeneración: Se actúa sobre la capa más superficial (3-5 cm) del firme y se extiende, posteriormente una fina capa de refuerzo (2-3 cm) compactando el conjunto simultáneamente. Se aplica para corregir problemas de regularidad transversal o longitudinal, mermas de material, pulido de la rodadura, …
- Termorreciclado: Se aplica sobre los 4-8 cm superiores para resolver problemas de envejecimiento del ligante o defectos en la mezcla. Se calienta y fracciona el material, añadiendo más cantidad de ligante o un agente rejuvenecedor, y si fuere necesario, nuevos áridos.
- Reciclado “in situ” en frío: Mediante el uso de equipos específicos, se fresa el material del firme y se mezcla con conglomerantes y agua o ligantes, todo a temperatura ambiente. Tras la mezcla, se extiende y compacta. Se pueden alcanzar porcentajes de hasta un 100% de material reciclado, aunque, normalmente, se extiende sobre el firme reciclado una nueva capa de rodadura o “slurry”. Como ligante, se podrá utilizar una emulsión asfáltica o conglomerante de cemento.
- Reciclado “in situ” con emulsión asfáltica: Tras el fresado o disgregación del material del firme se añade una mezcla de agua y emulsión, incluso áridos nuevos si fuese necesario. Conveniente para espesores de hasta 15 cm de reciclado.
- Reciclado “in situ” con conglomerante de cemento: Tras el fresado o disgregación del material del firme, éste se mezcla con agua y cemento, y posteriormente se extiende. Se utiliza cuando se necesita recuperar la capacidad estructural o de soporte del firme actuando en procesos de reciclaje de entre 20 y 35 cm. El betún residual que sigue conteniendo la mezcla reduce la fisuración y dota al paquete de firme de una durabilidad elevada.
De forma resumida, a continuación, se detallan las ventajas e inconvenientes de cada uno de los métodos, ayudándonos así en la definición de sus usos y elección del método más adecuado para cada caso.
Como se observa, ambas opciones, son sin duda, una buena opción, pero para decantarnos por una u otra, es necesario realizar un análisis más exhaustivo del tipo de firme sobre el que se actúa, problemas estructurales, tráfico a soportar y uso previsto.
Por otra parte, hacemos énfasis en la necesidad de llevar a cabo un mantenimiento adecuado de las carreteras durante su vida útil, realizando las inversiones necesarias, y traduciéndose en una mejora del confort en la conducción, seguridad en la circulación e incremento de la vida útil de las carreteras.
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